Había compartido varias
sobremesas con ellos; sin embargo sabía que esa noche la reunión iba a tener
un sabor especial. Antonio de la Rúa (26) lo tenía decidido. No iba a
abandonar Miami sin anunciarle antes a sus futuros suegros, Nidia Ripoll y
William Mebarak, que tenía planes muy serios con respecto a su hija, Shakira
Mebarak Ripoll (23).
La pareja más estrepitosa de los últimos tiempos continuó su romance en las
doradas arenas de Miami. Después de su estada de una semana en el Sur del país
—que tuvo su romántica despedida la noche del viernes 19, en el hotel Llao
LLao, donde testigos presenciales dijeron que tanto a Antonio como a Shakira
les fue difícil separarse—, los enamorados volvieron a reunirse en Miami.
La cita fue el viernes 26. Ese día Shakira había regresado de grabar un
video clip en Bahamas, y se encontró con Antonio, quien la esperaba en un
departamento alquilado del Club Al Porto Fino. Shakira —quien en Miami vive
en uno de los pisos de un lujoso edificio ubicado en avenida Collins 5151—,
pasó a buscar a su enamorado en un Mercedes Benz deportivo color negro. Junto
a los padres de la cantante, la pareja cenó en el restaurante Carpaccio, de
Bal Harbour Mall. Durante el resto del fin de semana la pareja combinó románticos
paseos y cenas a la luz de las velas con ratos de amor y pasión.
Mientras tanto, en Buenos Aires, cuando la tapa de CARAS —con la foto de
Antonio y Shakira besándose apasionadamente a orillas del mar, en Miami—,
aparecía en los canales de televisión, el presidente Fernando de la Rúa
(62), antes de subirse al avión que lo llevó a Berlín, confesaba:
“Antonio se ha enamorado”.
Inoportunos o no, lo cierto es que los asuntos del corazón no piden permiso.
Cuando el amor irrumpe, nada es capaz de detenerlo. Por eso, a Antonio no le
quedó otra alternativa que seguir los mandatos de su propio corazón, y voló
hacia los brazos de su amor colombiano. La despedida de la pareja fue aún más
triste que la que vivieron en Bariloche. Es que cada día que pasan juntos, y
a medida que crece la pasión, el adiós se hace más difícil. Antonio lo
pensó seriamente. Y, fiel a su estilo —de jugarse siempre—, pensó que la
última noche que pasarían juntos en Miami no iba a ser una más.
La cita fue el domingo 28, a las 21 horas, en la parrilla Vel Polo de Lincoln
Rode. Esa noche el restaurante cerró sus puertas al público. Solo había una
mesa que esperaba la llegada de cuatro comensales: Antonio, Shakira, mamá
Nidia y papá William. Con caras de inocultable felicidad, la pareja confesó
a los padres de la cantante que estaban muy enamorados y que tenían planes
serios. Testigos presenciales contaron que Antonio esa noche fue por más: le
pidió al matrimonio Mebarak la mano de su hija. A pesar de que el abogado y
la estrella pop no quisieron opinar sobre el tema, lo cierto es que tanto
Antonio como Shakira parecen no estar dispuestos a soportar muchas despedidas
más.