"Pobre Dios que no sale en revistas"
Diego Martínez Lloreda
¿Shakira o el Cardenal?¿ El Cardenal o Shakira? Ese fue el dilema al que nos tuvimos que enfrentar los editores de los periódicos colombianos anteayer, cuando dos colombianos ilustres hicieron noticia.
Por una parte,
en el Vaticano el Papa ungía al tercer cardenal colombiano
(el primer vallecaucano en acceder a ese honor). Y por otro, en Los Angeles, la cantante Shakira obtenía el premio Grammy, algo así como el Oscar de la
música y el máximo honor que un artista de ese genero puede alcanzar.
A las
redacciones de todos los diarios llegaron las fotos que registraban
ambos acontecimientos. En una aparecía monseñor Pedro Rubiano abrazando al Papa. En la otra, Shakira alzando el codiciado gramófono. Por su composición
y por su valor periódistico, ambas fotos ameritaban ir en la parte principal de la primera página. ¿Cuál de las dos escoger?
Los periódicos
de la capital resolvieron el dilema dándole el sitial de
privilegio a Shakira. El País le dio ese sitio a la foto de monseñor
Rubiano. ¿Una pifia?
Para muchos de
los redactores jóvenes del periódico, sí. Para ellos la
hazaña de Shakira no se podía comparar con el honor alcanzado por el
'viejito' Rubiano.
Además
-argumentaban- la foto de Shakira es más 'vendedora' que la de los
dos prelados abrazándose. Ella es jóven, bella y exitosa. Los otros dos son
'sólo' dos honorables ancianos.
Debe ser que me estoy volviendo viejo, pero esos argumentos me parecen un verdadero despropósito. No se trata de negarle los méritos a la cantante barranquillera, que los tiene, y muchos. Pero los dos hechos pertenecen a universos distintos.
El uno, el
Grammy, pertenece a lo material, a la efímera gloria de este
mundo de apariencias. Lo de monseñor Rubiano es trascendental por su valor terrenal y por su importancia espiritual.
Monseñor entró
al Colegio Cardenalicio, la máxima jerarquía de una de las
instituciones humanas más importantes, la Iglesia Católica. Además en sus
manos y en las de sus colegas de Colegio estará la elección del próximo
Pontífice, hecho que al observar el deplorable estado en el que se encuentra Juan Pablo II, no está muy lejano.
Pero más allá
de ese valor terrenal, está el verdadero significado, el
espiritual, que no se puede medir con títulos ni dignidades. Y ese mérito
aunque es mucho menos tangible, es incomparablemente más perdurable y trascendental.
Todo ello,
independientemente de que Rubiano sea nacido en el Valle, lo que para los que somos de estas tierras constituye un motivo adicional de
regocijo.
En fin, una vez
más la humanidad dejándose obnubilar por el reflejo de las
lentejuelas y de la gloria efímera y pasajera. Lo paradójico de todo, es que
la propia Shakira, que es mucho más aterrizada que la mayoría de sus
lunáticos fans, en una de sus magníficas canciones describe en inmejorable forma la confusión en la que estamos:
"Si por
falta de ocupación o de excesiva soledad / Dios no resistiera más y
se fuera a otro lugar / sería nuestra perdición / no habría otro remedio más
que adorar a Michael Jackson, a Bill Clinton o a Tarzán. / Es más difícil
ser rey sin corona / que una persona más normal. / Pobre de Dios que no sale en revistas / no es modelo ni artista ni de familia Real".